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A sus 85 años, el padre de Selena confirma lo que todos sospechábamos
Han pasado casi tres décadas desde el trágico asesinato de Selena Quintanilla, la reina del tex-mex, pero su legado sigue más vivo que nunca. Sin embargo, en medio de homenajes, películas y recuerdos que nunca se borran, su padre, Abraham Quintanilla, a sus 85 años, ha hecho una declaración que ha conmocionado a los seguidores de la cantante: confirmó lo que durante años muchos habían sospechado, pero nadie se atrevía a decir con certeza.
Durante una entrevista reciente realizada en Corpus Christi, Texas, el patriarca de la familia Quintanilla rompió el silencio sobre un tema que siempre se había manejado con cautela: la intención de Selena de separarse del entorno familiar para llevar su carrera por un rumbo más independiente. Con voz pausada, pero firme, Abraham confesó:
“Selena ya estaba pensando en formar su propia disquera, manejar su carrera sin depender tanto de nosotros. Ella quería explorar nuevos géneros y tomar decisiones por sí misma”.
La revelación sorprendió incluso a los más cercanos a la familia. Durante años se especuló que la cantante tenía planes más ambiciosos, que su sueño iba más allá de la música texana, que buscaba internacionalizarse con fuerza, incluso incursionar en el pop en inglés. Pero el peso del apellido, de la familia y del negocio familiar la mantenían dentro de una estructura más tradicional.
“Yo no lo tomé a mal en su momento”, añadió Abraham, “era parte del crecimiento. Ella ya no era una niña. Tenía metas, visión… y una determinación que pocos conocían. Siempre fue una líder silenciosa”.
Las palabras del padre de Selena no solo confirman las sospechas, sino que también abren una nueva lectura sobre los últimos meses de vida de la artista. Según allegados, Selena ya había tenido conversaciones confidenciales con productores internacionales y estaba buscando construir una nueva etapa de su carrera, con menos supervisión y más libertad creativa.
Esta confesión también revive debates sobre el impacto que la tragedia tuvo en detener ese crecimiento. ¿Hasta dónde habría llegado Selena si su vida no hubiera sido brutalmente interrumpida en 1995? Muchos creen que hoy sería una figura global al nivel de artistas como Beyoncé o Shakira.
A sus 85 años, Abraham Quintanilla muestra un rostro distinto. Ya no es solo el estricto representante que velaba por la carrera de su hija, sino un padre que, con el paso del tiempo, reconoce los sueños que ella tenía, incluso aquellos que se alejaban de sus planes familiares.
“Me hubiera encantado verla lograr todo lo que se proponía. Selena era luz, era pasión. Y aunque ya no está con nosotros físicamente, su voz sigue guiando a millones”, concluyó.
Hoy, las palabras de Abraham resuenan como un acto de amor y aceptación. Y también como una prueba más de que el espíritu libre de Selena nunca dejó de brillar… ni siquiera ante los obstáculos más duros.
