Cuando una mujer deja de amar a su pareja se siente así.
Dejar de amar o que te dejen de amar es algo normal y a muchas personas les sucede a lo largo de su vida.
Esta situación puede ser estresante, dolorosa y parecerse al fin del mundo, pero lo cierto es que el tiempo acomoda todo y probablemente nuevas emociones amorosas terminan demostrando que lo anterior era necesario para encontrar al amor verdadero.
Cuando una persona está enamorada lo demuestra en todas partes, pero cuando es la mujer la que se enamora se nota el doble, ya que son muchos más sensibles, sentimentales y expresivas. Pero ¡Ojo! cuando van dejando de amar también lo demuestran.
En el momento que el amor se acaba, existen ciertos gestos o indicios de que sus sentimientos han comenzado a cambiar:
¿Crees que ya no lo amas? Comprueba si sientes estas siete cosas:
Cuando llega la hora de despedirte, ya no sientes que se te va la vida.
Cuando te dice adios, sientes que no lo extrañarás en un par de días y, es más, llegas a sentir un grado de alivio. Normalmente, los enamorados tardan mucho en despedirse, debido a que desean pasar la mayor parte del tiempo con esa persona.
Ya no disfrutas tus citas, paseos y comidas junto a él.
Y, aunque no lo creas, lo que pasa en la mesa de una pareja es muy importante. Por eso, si compartir los alimentos con él ya no te suena atractivo, comienzas a cocinar rápido y sus conversaciones se tornan aburridas o, ni siquiera existe, es porque algo está cambiando dentro de ti.
Cuando despiertas ya no te da emoción verlo junto a ti.
Sientes que despertarlo con un beso, desayuno a la cama y el mejor mensaje de buenos días ya no vale la pena. Los enamorados desean despertar junto a su amado y aprovechar cada minuto juntos antes de levantarse.
Él dejó de importarte.
No puede ser más simple que eso. No significa que ya no merezca tu preocupación, pero cuando ya no se quiere a alguien te es indiferente todo lo que haga. Si no hay amor, no hay importancia. Ahora quieres más tiempo para ti.
Disfrutas tu tiempo a solas.
Cuando no está, no pasa nada, no te preocupa dónde, ni con quién está cuando no está contigo. Tampoco quieres que llegue a casa y estar tranquila.
Te ilusionas con encontrar a alguien más.
Nacen en ti las ganas de sentir algo distinto, comienzas a recrear historias con alguien que conoces o con alguien que quisieras conocer. Deseas, más que nada, volver a enamorarte, por lo que te dan más ganas de salir y conocer nuevas personas.