Pablo había llegado temprano junto a su familia para celebrar la visita de su hija Janeisi Ramírez y su yerno Ramón Santana, recién llegados desde España. Era su primera salida en familia desde su llegada al país hacía apenas diez días.

Pero en cuestión de segundos, la música fue reemplazada por gritos, polvo y confusión. “Estábamos todos compartiendo, como cualquier lunes. Era una noche alegre, nadie imaginaba una tragedia como esta”, recuerda Pablo, mientras observa las cicatrices visibles en su rostro y se aferra a los pocos recuerdos rescatados entre los escombros.

“Yo estaba cerca de la puerta, por eso pude salir bien… pero mi hija y su esposo estaban en el centro”, contó, aún con la mirada perdida.

Su testimonio se convierte en uno de los relatos más conmovedores en medio de una tragedia que, según cifras preliminares del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), dejó al menos 44 personas fallecidas.

La estructura del establecimiento cedió inesperadamente durante el concierto, sepultando parte del público presente.

En medio del caos, una figura inesperada también emergió del desastre: Alina, suegra de Janeisi, quien se encontraba cerca del área colapsada, logró sobrevivir “de milagro”. Aunque herida y en estado de shock, fue rescatada por los equipos de emergencia, que aún este martes continuaban las labores de búsqueda bajo los restos del reconocido establecimiento.