El herpes zóster, también conocido como culebrilla, es una enfermedad viral que causa una erupción cutánea muy dolorosa. Es provocada por la reactivación del virus de la varicela-zóster, el mismo virus que causa la varicela.
Una vez que una persona ha tenido varicela, el virus permanece inactivo en el cuerpo, generalmente en los ganglios nerviosos. En algunos casos, el virus puede reactivarse años o incluso décadas después, lo que provoca el herpes zóster.
La reactivación del virus puede ocurrir debido a diversos factores, como el envejecimiento, el estrés o la inmunosupresión. La incidencia de herpes zóster aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores de 50 años y en aquellas con sistemas inmunitarios debilitados.
Síntomas
Los síntomas del herpes zóster suelen comenzar con dolor, ardor o sensibilidad en una parte específica del cuerpo, seguido por la aparición de una erupción cutánea muy dolorosa con ampollas llenas de líquido.
La erupción suele formarse en un solo lado del cuerpo y se limita a una banda estrecha llamada dermatoma. Otros síntomas pueden incluir fiebre, dolor de cabeza, fatiga y sensibilidad a la luz.
Complicaciones
Una de las complicaciones más comunes del herpes zóster es la neuralgia postherpética (NPH), que se define como el dolor que persiste durante al menos 90 días después de la desaparición de la erupción.
Aproximadamente el 20% de los pacientes con herpes zóster desarrollan NPH, especialmente aquellos mayores de 50 años.
Otras complicaciones incluyen infecciones bacterianas de la piel, problemas oculares como el herpes zóster oftálmico y problemas auditivos si el virus afecta los nervios cercanos a los ojos o los oídos.
Opciones de Tratamiento
El tratamiento del herpes zóster generalmente incluye antivirales, analgésicos y, en algunos casos, corticosteroides para reducir la inflamación. Los antivirales, como el aciclovir, famciclovir y valaciclovir, son más efectivos si se inician dentro de las 72 horas posteriores a la aparición de la erupción.
Para el manejo del dolor, se pueden utilizar analgésicos de venta libre como el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroides (AINE). En casos de dolor severo, pueden ser necesarios opioides o tratamientos más especializados como los anticonvulsivantes y los antidepresivos tricíclicos.
Es fundamental que todos los tratamientos sean administrados por un médico para evitar la automedicación. Esto previene complicaciones, efectos adversos y garantiza que se utilicen los medicamentos adecuados de manera segura y eficaz.
Medidas de Prevención
La prevención del herpes zóster se puede lograr mediante la vacunación. Existen dos vacunas disponibles: Zostavax® y Shingrix®.
Shingrix® es la vacuna preferida y ha demostrado ser más del 90% efectiva en la prevención del herpes zóster y la neuralgia postherpética. Esta vacuna se administra en dos dosis, con la segunda dosis administrada dos a seis meses después de la primera.
Quién debe vacunarse
Se recomienda la vacuna Shingrix® para todas las personas mayores de 50 años, incluso si han tenido herpes zóster anteriormente o han sido vacunadas con Zostavax®.
La vacunación es especialmente importante para aquellos con sistemas inmunitarios debilitados o condiciones médicas crónicas que aumentan el riesgo de herpes zóster.
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3 thoughts on “Herpes Zóster (Culebrilla): cómo tratar esta dolorosa enfermedad.”
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buen dia¡ siempre me aparece el herpes labial puedo tener el herpes tipo culebrilla?
Yo lo he apaciguado con sabila (ALOE VERA).. Aplicandolo sobre la erupcion cutanea.
Hola yo estoy pasando aun me afecta la vision. como puedo mejorarla te dejo mi correo erixcheco@hotmail.com