Según la ciencia, tomar multivitaminas a diario no aporta beneficios para la salud.
La industria de los suplementos vitamínicos mueve miles de millones de dólares al año, impulsada por el marketing que refuerza la idea de que estos productos pueden optimizar la salud. Sin embargo, estudios recientes cuestionan su efectividad, sugiriendo que los beneficios reales para la longevidad son limitados o inexistentes.
Este artículo explora el papel de los multivitamínicos en la salud y la longevidad, analizando evidencia científica que desafía las expectativas populares y explicando alternativas más respaldadas por la ciencia para una vida más larga y saludable.
¿Qué son los multivitamínicos y por qué son tan populares?
Los multivitamínicos son suplementos que combinan una amplia gama de vitaminas y minerales esenciales, como las vitaminas A, C, D, E y del complejo B, junto con minerales como hierro, calcio, magnesio y zinc. Se comercializan como un recurso conveniente para garantizar una ingesta adecuada de micronutrientes esenciales, especialmente para quienes tienen dietas deficientes.
Históricamente, los multivitamínicos fueron diseñados para prevenir enfermedades asociadas a deficiencias nutricionales graves, como el escorbuto (por falta de vitamina C) o la anemia (por deficiencia de hierro). Sin embargo, en la actualidad, muchas personas los toman de forma habitual sin evidencia clara de que sean necesarios o beneficiosos para la mayoría de los individuos saludables.
La ciencia detrás de los multivitamínicos: ¿Realmente ayudan?
Numerosos estudios han investigado el impacto de los multivitamínicos en la salud y su potencial para prevenir enfermedades crónicas. Un meta-análisis que evaluó datos de 18 estudios concluyó que estos suplementos no reducen significativamente la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ni cáncer.
En 2022, el US Preventive Services Task Force publicó un informe indicando que no hay suficiente evidencia para recomendar multivitamínicos con fines preventivos, sugiriendo que sus beneficios son, en el mejor de los casos, marginales. Además, algunos expertos advierten que su consumo puede generar una falsa sensación de seguridad, haciendo que las personas descuiden hábitos de salud más efectivos, como una alimentación equilibrada y el ejercicio físico.
Estudios recientes: Multivitaminas y longevidad
Un estudio publicado en JAMA Network Open analizó los datos de más de 390,000 adultos a lo largo de 20 años y no halló ninguna relación entre el consumo de multivitamínicos y una disminución en la mortalidad general. Según los resultados, las tasas de mortalidad de los usuarios de multivitamínicos fueron similares a las de quienes no los consumían, lo que indica que el uso regular de estos suplementos no parece extender la esperanza de vida.
Otro estudio publicado en Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes, menciona que los consumidores de multivitamínicos reportan una mejor percepción de su salud. Sin embargo, esta mejora no se traduce en indicadores clínicos objetivos, como reducción en la incidencia de enfermedades graves o una mayor esperanza de vida. Este fenómeno podría explicarse por el efecto placebo o por el hecho de que las personas que toman multivitaminas suelen adoptar otros hábitos de vida saludables.
¿Realmente necesitamos multivitamínicos?
Una dieta equilibrada puede ser suficiente
Para la mayoría de las personas saludables, una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales, legumbres y proteínas magras proporciona los nutrientes esenciales sin necesidad de suplementos adicionales. Los expertos en nutrición enfatizan que los alimentos naturales contienen una combinación de vitaminas, minerales y otros compuestos bioactivos que interactúan en el organismo de manera más eficiente que las formulaciones sintéticas.
Riesgos del exceso de vitaminas
El consumo excesivo de ciertos nutrientes puede ser perjudicial. Por ejemplo, altas dosis de vitamina A pueden causar toxicidad hepática, mientras que el exceso de vitamina E ha sido vinculado a un mayor riesgo de cáncer de próstata y eventos cardiovasculares. Además, algunos estudios han demostrado que las megadosis de ciertos antioxidantes pueden interferir con mecanismos naturales de defensa del cuerpo.
Beneficios limitados a grupos específicos
Existen casos en los que la suplementación con multivitaminas puede ser útil, como en mujeres embarazadas (suplementos de ácido fólico), personas con deficiencias nutricionales diagnosticadas o adultos mayores con problemas de absorción de nutrientes. Sin embargo, para la mayoría de la población general, su consumo rutinario no es necesario.
Alternativas respaldadas por la ciencia para vivir más
Alimentación basada en evidencia
Los estudios indican que una dieta rica en alimentos integrales y de origen vegetal es clave para la longevidad. Alimentos como frutas, verduras, frutos secos y legumbres aportan nutrientes esenciales y antioxidantes naturales que protegen contra enfermedades crónicas y el envejecimiento prematuro.
Actividad física regular y sus beneficios
El ejercicio físico es una de las intervenciones más efectivas para mejorar la salud y prolongar la vida. La actividad física regular mejora la función cardiovascular, reduce el riesgo de enfermedades metabólicas y fortalece el sistema inmunológico. Incluso actividades moderadas, como caminar 30 minutos al día, pueden marcar una diferencia significativa.
Control de factores de riesgo
Evitar el consumo de tabaco, moderar la ingesta de alcohol y mantener una buena salud mental son factores clave para una vida más larga y saludable. El estrés crónico y la falta de sueño también pueden afectar la longevidad, por lo que adoptar prácticas como la meditación o la gestión del estrés puede ser beneficioso.
En conclusión
A pesar de su popularidad, los multivitamínicos no han demostrado ser efectivos para prolongar la vida en la mayoría de las personas. En lugar de depender de suplementos, una estrategia más efectiva para la longevidad es mantener una dieta equilibrada, realizar actividad física de manera regular y evitar factores de riesgo que contribuyan a enfermedades crónicas.
La evidencia científica actual sugiere que, para la mayoría de las personas, los multivitamínicos no son esenciales y podrían ser prescindibles si se mantienen hábitos de vida saludables y sostenibles.