Familia de Azriel recibe emotivo pergamino con detalles de la búsqueda
Noticias País | Lowell, Massachusetts. Una comunidad unida por la fe y el dolor despidió la operación oficial de búsqueda de Azriel López, el niño dominicano de 4 años que cayó al río Merrimack el pasado Sábado Santo y cuyo paradero sigue siendo un misterio.

Con la entrega de un pergamino simbólico a los familiares, los equipos de rescate dieron por concluido un operativo que abarcó cuatro zonas estratégicas, movilizando personal especializado, drones, sonares y recursos logísticos durante varios días de intensas labores. A pesar del despliegue, no se logró encontrar rastro alguno del menor.

La escena se tornó aún más conmovedora cuando el padre del niño, visiblemente afectado, expresó públicamente su deseo de continuar la búsqueda por cuenta propia.
“Por favor, ayúdenme”, suplicó con voz quebrada, al convocar una jornada comunitaria hoy a las 6:00 de la tarde en el parquesito de los niños en Merrimack – South Lawrence.

La iniciativa busca reunir a voluntarios que deseen sumarse al esfuerzo colectivo, no solo para seguir buscando a Azriel, sino también para acompañar emocionalmente a una familia que se niega a rendirse. Desde el inicio, vecinos, iglesias y organizaciones se han volcado con solidaridad, manteniendo viva la esperanza.
El caso ha dejado una huella profunda en la comunidad dominicana en Massachusetts y en todo el estado, despertando una ola de apoyo, oraciones y acompañamiento constante.
El padre del niño ha reiterado su compromiso de seguir luchando hasta encontrar alguna señal que revele el paradero de su hijo.
Las autoridades locales, aunque han dado por finalizada la fase activa del operativo, han comunicado que permanecerán en alerta ante cualquier nueva pista que permita reactivar la búsqueda. La promesa es clara: si surgen indicios sólidos, los esfuerzos se reanudarán sin demora.
A partir de este llamado, la comunidad tiene hoy una nueva cita con la esperanza. Los ciudadanos están convocados a demostrar que el amor por la vida de un niño puede mantener vivo un movimiento solidario que no se rinde.