Encuentran microplásticos y nanoplásticos en bolsitas de té.

Encuentran microplásticos y nanoplásticos en bolsitas de té.

El hallazgo de microplásticos y nanoplásticos en las bolsitas de té ha generado preocupación en todo el mundo. Este descubrimiento no solo pone en duda la seguridad de un producto tan cotidiano como el té, sino que también destaca la creciente amenaza de la contaminación por plásticos en los alimentos.

La presencia de estas diminutas partículas en el agua al preparar té plantea interrogantes sobre su impacto en la salud humana y el medio ambiente, y también sobre el papel de la industria alimentaria en garantizar la seguridad de sus productos.

Microplásticos y nanoplásticos: ¿qué son y por qué preocupan?

Los microplásticos son fragmentos de plástico de menos de 5 mm de diámetro, mientras que los nanoplásticos son aún más pequeños, midiendo menos de 1 micrómetro. Estos materiales pueden formarse por la degradación de objetos plásticos mayores debido a la exposición a factores como la luz solar, el calor y el desgaste mecánico. También se originan durante la fabricación de productos plásticos o como aditivos en ciertos bienes de consumo.

En las bolsitas de té, los micro y nanoplásticos pueden provenir de materiales como nylon, polipropileno y celulosa, que se utilizan en la elaboración de filtros. Durante el proceso de preparación del té, estas partículas se liberan al agua caliente, convirtiéndose en un contaminante inadvertido en una bebida que suele asociarse con bienestar y salud.

¿Cómo llegan los microplásticos a las bolsitas de té?

El uso de materiales plásticos en las bolsitas de té, como el nylon y el polipropileno, tiene como objetivo mejorar la durabilidad y la resistencia al calor. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que, al sumergir estas bolsitas en agua caliente, pueden liberar millones de partículas de plástico. Un estudio publicado en Chemosphere reveló que las bolsitas de té hechas de polipropileno liberan hasta 1.20 × 10⁹ partículas/mL, mientras que aquellas de nylon liberan cantidades menores pero igualmente significativas.

La liberación de estas partículas está influenciada por factores como la temperatura del agua y el tiempo de inmersión. Además, irregularidades en la superficie de los filtros plásticos, visibles a través de técnicas como la microscopía electrónica de barrido (SEM), facilitan la fragmentación y el desprendimiento de plásticos.

Evidencias científicas de microplásticos y nanoplásticos en el té

La presencia de microplásticos y nanoplásticos en las bolsitas de té ha sido documentada en varios estudios científicos. Por ejemplo, un estudio destacado publicado en Chemosphere analizó las partículas liberadas por las bolsitas de té hechas de diferentes materiales plásticos, utilizando espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier (ATR-FTIR). Este método permitió identificar compuestos como nylon-6 y polipropileno en las partículas liberadas al agua caliente.

Otro estudio, publicado en Environmental Science & Technology, empleó análisis de seguimiento de nanopartículas (NTA) para cuantificar las partículas liberadas. Los resultados mostraron que una sola bolsita de té plástica puede liberar miles de millones de nanopartículas al ser sumergida en agua a 95ºC.

Los efectos potenciales de estas partículas también han sido investigados en sistemas celulares. Experimentos con líneas celulares humanas como Caco-2 y HT29 revelaron que las partículas plásticas pueden ser internalizadas por las células, lo que genera preocupación sobre posibles daños a largo plazo.

Impacto de microplásticos en la salud humana

La ingestión de microplásticos plantea riesgos potenciales para la salud humana. Estas partículas pueden atravesar las barreras celulares, acumulándose en tejidos y órganos. Algunos estudios sugieren que podrían inducir inflamación, estrés oxidativo y daño al ADN. Además, los microplásticos pueden actuar como vectores de sustancias químicas tóxicas y microorganismos, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas y trastornos metabólicos.

Aunque la evidencia sobre los efectos a largo plazo aún es limitada, los datos disponibles subrayan la necesidad de investigar más a fondo. La exposición crónica a niveles bajos de microplásticos podría tener un impacto acumulativo, especialmente en poblaciones vulnerables como niños y personas con enfermedades preexistentes.

Opciones más seguras para disfrutar de tu té sin plásticos

Ante la preocupación por los microplásticos en las bolsitas de té, los consumidores pueden optar por alternativas más seguras. Algunas opciones incluyen:

  • Té suelto: Comprar té suelto y usar infusores reutilizables hechos de acero inoxidable o vidrio.
  • Bolsitas de papel: Elegir marcas que utilicen bolsas de papel no tratadas con plásticos.
  • Infusores biodegradables: Buscar productos etiquetados como biodegradables y libres de plásticos.
  • Preparación tradicional: Usar hojas de té directamente en agua caliente y colar antes de servir.

Estas alternativas no solo reducen la exposición a microplásticos, sino que también contribuyen a disminuir la contaminación ambiental.

En conclusión

El descubrimiento de microplásticos y nanoplásticos en las bolsitas de té pone de manifiesto la creciente problemática de la contaminación por plásticos en productos de consumo diario. Este hallazgo subraya la necesidad de desarrollar materiales más seguros y sostenibles en la industria alimentaria, así como de aumentar la concienciación sobre las opciones de consumo responsables.

Mientras los investigadores continúan estudiando los efectos a largo plazo de los microplásticos en la salud humana y el medio ambiente, los consumidores tienen el poder de elegir alternativas que minimicen su exposición. La acción conjunta de consumidores, empresas y legisladores es esencial para abordar este desafío global y garantizar un futuro más seguro y sostenible.