Trasplantan con éxito un riñón porcino modificado genéticamente en un ser humano.

Trasplantan con éxito un riñón porcino modificado genéticamente en un ser humano.

El trasplante de órganos es una de las intervenciones médicas más significativas para pacientes con enfermedades terminales. Sin embargo, la escasez de donantes ha impulsado la búsqueda de soluciones alternativas, como la xenotrasplantación.

En este contexto, un hito histórico ha sido alcanzado: el trasplante exitoso de un riñón porcino modificado genéticamente en un ser humano. Este avance podría revolucionar el tratamiento de la enfermedad renal en etapa terminal, ofreciendo una nueva esperanza para miles de pacientes en listas de espera.

¿Qué es la xenotrasplantación?

La xenotrasplantación se refiere al trasplante de órganos, tejidos o células de una especie a otra, con el objetivo de suplir la falta de donantes humanos. Aunque esta técnica ha sido explorada durante décadas, la incompatibilidad inmunológica, el riesgo de infecciones zoonóticas y la posibilidad de rechazo hiperagudo han limitado su aplicación clínica.

Sin embargo, los avances en la edición genética, especialmente mediante la tecnología CRISPR-Cas9, han permitido superar algunas de estas barreras, eliminando antígenos porcinos que desencadenan respuestas inmunitarias agresivas en humanos.

El caso del riñón porcino modificado genéticamente

Un hombre de 62 años, dependiente de hemodiálisis y con antecedentes de diabetes tipo 2, vasculopatía avanzada, insuficiencia cardíaca y un historial de trasplante renal fallido, fue el receptor de un riñón de cerdo genéticamente modificado.

Este órgano, proveniente de un cerdo miniatura Yucatán, presentaba 69 ediciones genéticas, incluyendo la eliminación de tres antígenos glicosilados responsables del rechazo hiperagudo, la inactivación de retrovirus endógenos porcinos y la inserción de siete transgenes humanos que regulan la respuesta inmunitaria, la coagulación y la inflamación.

El proceso del trasplante

El procedimiento fue llevado a cabo bajo una autorización de acceso expandido para un solo paciente, tras una rigurosa evaluación ética y clínica. El trasplante se realizó en el Massachusetts General Hospital, contando con la aprobación de la FDA y comités de ética independientes.

En un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, se documentó detalladamente el procedimiento quirúrgico y el manejo postoperatorio del paciente, destacando la importancia de la colaboración multidisciplinaria en estos casos.

La cirugía se desarrolló sin complicaciones, con un tiempo de isquemia fría de 4 horas y 38 minutos. Tras la reperfusión, el riñón comenzó a producir orina en menos de cinco minutos, una señal clara de función inmediata.

Resultados y seguimiento postoperatorio

El paciente mostró una mejora rápida de los niveles de creatinina, que descendieron de 11,8 a 2,2 mg/dl en seis días, eliminando la necesidad de diálisis. Se implementó un protocolo de inmunosupresión intensivo, incluyendo globulina antitimocítica, rituximab, anticuerpos monoclonales anti-CD154 y anti-C5, así como tacrolimus, micofenolato mofetil y prednisona.

No obstante, el día 8 se presentó un episodio de rechazo mediado por células T, clasificado como grado 2A según el esquema de Banff. Este rechazo fue revertido exitosamente mediante terapia de pulso con metilprednisolona, inmunoglobulina antitimocítica adicional e inhibidores de la cascada del complemento.

A pesar de mantener una función renal estable, con una filtración glomerular estimada de 40-50 ml/min/1,73 m², el paciente falleció inesperadamente por causas cardíacas en el día 52. La autopsia reveló una cardiopatía isquémica severa y fibrosis ventricular, sin evidencia de rechazo del xenoinjerto ni infecciones zoonóticas.

Implicaciones para el futuro

Este caso representa un avance significativo en la medicina de trasplantes. La capacidad de mantener la función renal mediante un órgano porcino modificado genéticamente abre nuevas posibilidades para abordar la crisis de escasez de órganos. Además, sienta las bases para futuras investigaciones en xenotrasplantes de otros órganos, como el corazón y el hígado.

No obstante, se requieren más estudios clínicos para evaluar la seguridad a largo plazo, el manejo de la inmunosupresión y los riesgos potenciales de infecciones zoonóticas, así como para entender mejor la fisiología de los órganos porcinos en el cuerpo humano.

En conclusión

El trasplante exitoso de un riñón porcino modificado genéticamente en un ser humano marca un hito en la historia de la medicina. Aunque existen desafíos por superar, este avance ofrece una esperanza tangible para miles de pacientes en listas de espera de trasplante. La continuación de la investigación clínica y la colaboración internacional serán esenciales para transformar este logro en una solución viable y segura a nivel global.