Científicos japoneses descubren un alga marina que puede proteger neuronas y combatir el Parkinson.
La enfermedad de Parkinson (EP) es un problema del cerebro que afecta la manera en que las personas se mueven. Aparece principalmente en adultos mayores y provoca temblores, rigidez y dificultad para caminar o realizar tareas simples. Esto ocurre porque ciertas células del cerebro que producen dopamina, una sustancia que ayuda a controlar los movimientos, deja de funcionar.
Un grupo de científicos japoneses, liderados por Akiko Kojima-Yuasa, quiso estudiar si los polifenoles de Ecklonia cava, un tipo de alga marina, podían ayudar a prevenir este problema. Los resultados de su investigación se publicaron en junio de 2024 en la revista Nutrients.
¿Qué son los polifenoles y por qué son importantes?
Los polifenoles son compuestos naturales que están presentes en frutas, té, vino y algunas algas. Son antioxidantes, lo que significa que protegen las células del cuerpo contra el daño causado por sustancias dañinas conocidas como radicales libres. En Ecklonia cava, estos polifenoles son especialmente potentes y se pensó que podían ayudar a proteger las células nerviosas del cerebro.
¿Cómo se llevó a cabo el estudio?
Los científicos realizaron dos tipos de experimentos para entender cómo los polifenoles de Ecklonia cava (ECP) podrían funcionar:
Pruebas en células del laboratorio: Usaron células humanas similares a las del cerebro (células SH-SY5Y) y las expusieron a una sustancia llamada rotenona, que daña las células y simula lo que sucede en el Parkinson. Luego, trataron estas células con ECP para ver si los polifenoles podían protegerlas o repararlas.
Pruebas en ratones: A los ratones se les administró rotenona para provocar síntomas similares al Parkinson, como problemas de movimiento y daño en el cerebro. Después, les dieron ECP para observar si mejoraban sus movimientos y si sus cerebros recuperaban funciones.
Resultados: ¿Qué descubrieron los científicos?
1. Protección contra el daño celular
En las células del laboratorio, los polifenoles de Ecklonia cava activaron una especie de “escudo protector” llamado Nrf2. Esta molécula es clave porque activa genes que ayudan a las células a defenderse del estrés y a reparar los daños. También se observó que los ECP aumentaron la producción de una enzima llamada NQO1, que actúa como una defensa natural contra el daño celular.
2. Mejoras en los ratones
- Pruebas de movimiento: Los ratones tratados con ECP mejoraron significativamente su desempeño en tareas físicas, como descender por un poste o mantenerse colgados de un alambre. Esto mostró que los polifenoles ayudaron a restaurar sus habilidades motoras.
- Protección de las neuronas: En el cerebro de los ratones, las ECP protegieron las células que producen dopamina, esenciales para el movimiento. También aumentaron la presencia de una enzima llamada tirosina hidroxilasa, que ayuda a producir dopamina.
- Salud intestinal: Los ratones tratados con ECP también mostraron mejoras en el funcionamiento de su sistema digestivo, que a menudo se ve afectado en personas con Parkinson.
3. Confirmación del papel del Nrf2
Los investigadores descubrieron que si bloqueaban el funcionamiento del Nrf2 en las células o los ratones, los polifenoles no tenían el mismo efecto. Esto confirmó que los beneficios de los ECP dependen de esta vía de protección antioxidante.
¿Por qué es importante este estudio?
El Parkinson no tiene cura, pero estudios como este muestran que ciertos alimentos naturales, como el alga Ecklonia cava, podrían ayudar a prevenir o retrasar la enfermedad. Los polifenoles de esta alga fortalecen las defensas naturales del cuerpo y protegen las células del cerebro contra el daño
Conclusión
Aunque aún falta mucho para comprobar estos efectos en humanos, este estudio abre la puerta a usar alimentos ricos en antioxidantes como parte de una estrategia para prevenir enfermedades como el Parkinson. Los investigadores esperan que, en el futuro, productos naturales como Ecklonia cava puedan complementar los tratamientos tradicionales.